EL HUERTO ESCOLAR • 8
SEMBRAR Y PLANTAR
Ya sabréis, amigos y amigas, que a partir de las semillas
podéis obtener nuevas plantas
para el huerto escolar. ¿Cómo se desarrollarán mejor las
plantas, sembrándolas antes en un semillero o directamente en el terreno a
cultivar?
Un semillero con materiales reutilizados. Podéis preparar un
semillero sencillo y barato con una caja de pescado, envases de yogur, etc.
(reutilizar es una buena forma de ahorrar, y una solución a los problemas que
causan las basuras).
Primero, debéis preparar el sustrato del semillero: podéis
mezclar tierra del huerto,
humus de lombriz, compost, turba o arena de río. Mezclarlo
todo bien y humedecedlo bien. Dejad que escurra y colocad una capa de 8 ó 10 cm
en el semillero.
El siguiente paso será sembrar en el semillero. Esparcid
bien las semillas sobre el sustrato; luego cubrirlas con una capa fina de
tierra, o remover suavemente la superficie. Poned etiquetas, o los sobres de
semillas vacíos, para recordar qué habéis sembrado
en cada zona. Regad suavemente con una regadera fina y agua
templada. Recordad que hay que observar y cuidar los semilleros todos los días:
cuándo germinan las semillas, cuándo nacen las plantas, su crecimiento, etc.,
apuntándolo en vuestro cuaderno.
Tened cuidado con la temperatura: ¿qué les ocurrirá a las
semillas si la calefacción de la escuela seca demasiado el semillero? Podéis
hacer el experimento de relacionar la temperatura del sustrato (medid con un
termómetro), con la germinación de las semillas y el desarrollo de las plantas.
Cubriendo el semillero con plástico o cristal podéis
proporcionarle más temperatura, pero tened cuidado con el exceso de humedad en
el aire.
Un semillero exterior. Podéis preparar un semillero exterior
en la parcela del huerto que tenga mejor tierra. Allí mismo podéis hacer un sencillo
invernadero con cañas y plásticos. O construirlo como en este dibujo,
rellenándolo después de buena tierra.
Pensad bien la ubicación y orientación del semillero
exterior. Observad o recordad el de algún caserío o huerto cercano: ¿cuál es su
orientación con respecto
al sol y a la dirección de la que suele venir el viento
frío? Conviene que esté en un lugar accesible, ya que hay que cuidarlo
frecuentemente.
Para manejar el semillero exterior, tened en cuenta cuándo
conviene cerrarlo o abrirlo;
según convenga aumentar su temperatura, airearlo, etc. (ved
la ficha de cada cultivo). Observad qué ocurre si se maneja mal: si hay exceso
de humedad, si se calienta poco o demasiado.
Repicado y transplante desde el semillero. Cuando las
plantas del semillero tengan ya cierto tamaño hay que sacarlas, bien
transplantándolas directamente al terreno, bien pasándolas provisionalmente a
macetas o potes (“repicarlas”). Averiguad cómo debéis realizarlo (en cada
cultivo puede ser diferente): y también si ha de hacerse “a raíz desnuda” o con
“cepellón”; a qué profundidad, etc.
Si conviene repicar las plantas, preparad el sustrato y
rellenad el fondo de los recipientes. Regad bien el semillero antes de sacar
las plantas, introducidlas en los recipientes y rellenad con más sustrato, sin
dañar las raíces, y dejando la planta firme y tiesa. En algunas semanas, las
plantas estarán como para ser transplantadas directamente al terreno.
Para transplantar las plantas al terreno definitivo, regad
primero bien el semillero o recipientes que las contienen; haced pequeños
hoyos, introducir la planta sin torcer sus raíces ni enterrar el “cuello”.
Comprimid después ligeramente el suelo para que esté firme, y regad. No
conviene hacerlo con sol demasiado fuerte.
.Quizás os convenga dejar algunas sin plantar para suplir
luego las que no vayan
bien.
.Antes de plantar definitivamente en el terreno, conviene
que las plantas se acli-
maten durante algún tiempo (en un invernadero, o al aire
libre si no hace mucho frío).
Siembra directa en el terreno. Ya habréis visto que las
semillas también se pueden sembrar directamente en el terreno donde van a ser
cultivadas.
¿Qué cultivos se siembran así en los caseríos o huertos de
vuestro entorno? Para sembrar directamente debéis preparar bien el terreno.
Puede haber diferentes métodos para sembrar: esparcir las semillas “a voleo”, “en
hileras”, poniendo varias “en hoyos”. Mirad bien qué método, a qué profundidad,
cuánta cantidad de semillas, etc., se aconseja para cada cultivo. Para hacer
las hileras, utilizad cuerdas. Después de sembrar, enterrad ligeramente las
semillas (con un rastrillo por ejemplo), y regad suavemente.
.Podéis hacer este experimento para comprobar qué provoca la
humedad en las semillas. Dejad sin regar una parte del terreno sembrado, y
comprobad los resultados. En algunos cultivos se aconseja tener antes las semillas
en remojo durante algún tiempo; ¿por qué será?
.Cuando hayan nacido las plantas sembradas, quizás convenga
hacer un aclareo, quitando las que sobren si han nacido demasiado juntas, las
que estén más débiles, etc. ¿Se os ocurre qué se quiere conseguir con esto?
Ya veis: sembrando en semillero podéis conseguir abundantes
plantas para vuestro huerto escolar; os nacerán antes y estarán más sanas que a
la intemperie,
porque habrán sufrido menos ataques e inclemencias .
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